La publicación de El gen egoísta en 1976 marcó la llegada al terreno del debate biológico de un joven biólogo de 35 años. La idea central del libro era una visión de la evolución centrada no en "la supervivencia de la especie", ni en "la supervivencia del más apto", sino en la supervivencia de los genes que compiten por trascender a la siguiente generación, planteando la metáfora de un "gen egoísta" como una unidad bioquímica que no "sabe" ni se interesa en la especie o los individuos, sino que únicamente actúa para perpetuarse como si actuara egoístamente. Nos decía que la vida evoluciona mediante la superviviencia diferencial de esos genes, unos lo consiguen, otros no. El obvio hecho de que se trataba de una metáfora para explicar ciertos procesos químicos y biológicos en busca de una mayor claridad, se perdió sin embargo en una serie de críticas poco informadas que veían en esta aproximación biológica un evolucionismo incluso más "frío" que el de Darwin. Al mismo tiempo, sus planteamientos encendieron un intenso debate en el mundo de la biología evolutiva que sacudieron la disciplina durante años.
El hombre que provocó todo esto nació en Nairobi, Kenia, el 26 de marzo de 1941, con dos padres, Clinton John Dawkins y Jean Mary Vyvyan tenían un claro interés por las ciencias naturales y animaron a su hijo en la búsqueda de respuestas científicas a sus preguntas. En 1949, la familia volvió a su Inglaterra original, donde el joven Dawkins siguió sus estudios elementales y pasó a estudiar zoología en Oxford, bajo la dirección de Niko Tinbergen, ganador del premio Nobel de medicina y fisiología en 1973 junto con Konrad Lorenz y Karl von Frisch, tres etólogos o estudiosos de las bases biológicas de la conducta que consiguieron finalmente introducir el estudio de la conducta en el terreno estricto de las ciencias naturales. Dawkins pasó a obtener una maestría y dos doctorados y a ocupar un puesto como profesor asistente de zoología en la Universidad de California en Berkeley, que ocupaba al publicar El gen egoísta.
La visión centrada en los genes de Dawkins se enfrentó a la visión del biólogo y paleontólogo Stephen Jay Gould, quien se oponía a ciertas visiones que consideraba reduccionistas, al gradualismo y a la sociobiología y la psicología evolutiva, que consideran que la evolución y la biología son componentes esenciales del comportamiento. El debate entre los seguidores de Dawkins y Gould fue llamado, más bien en broma, "Las guerras de Darwin" y ayudó enormemente al avance y desarrollo del conocimiento y comprensión de la evolución. Pero ello no significó un enfrentamiento personal o visceral entre los participantes. Por el contrario, los contendientes han mantenido siempre la cordialidad y el respeto, a sabiendas, como siempre ocurre en los debates dentro del mundo de la ciencia, que serán los hechos, no la pasión en el debate, los que determinen quién se acercaba más a una interpretación correcta.
A la publicación de El gen egoísta siguió una larga lista de libros de Dawkins, a caballo entre la ciencia pura y la divulgación científica para el público en general, entre los que vale la pena destacar El fenotipo extendido, El relojero ciego y su más reciente obra, El espejismo de dios, recientemente publicada en español, que ha devuelto al biólogo al centro del debate, en este caso entre el religionismo y el ateísmo más militante.
Habiendo vuelto a Oxford en 1990, Dawkins obtuvo la cátedra Simony para la Comprensión Pública de la Ciencia en 1995, un puesto creado exprofeso para que Dawkins fuera su primer ocupante. Ha sido editor de diversas revistas científicas o journals, presidente de la Asociación Británica para el Avance de la Ciencia, asociado del Comité para la Investigación Científica de las Afirmaciones sobre lo Paranormal (CSICOP, por sus siglas en inglés) y del Center for Inquiry.
Preocupado por la difusión de las pseudociencias, las medicinas "alternativas", el creacionismo, el pensamiento irracional y los integrismos religiosos, en los últimos años Dawkins ha asumido una militancia similar a la que en el pasado mantuvo el filósofo y matemático Bertrand Russell. Como ateo que, asegura, no se avergüenza de serlo, afirma que la educación y la creación de conciencia son las herramientas principales en la oposición a los dogmas. Su militancia ha sido en parte motivada por los ataques del 11 de septiembre de 2001, que a sus ojos demostraron que la fe puede ser peligrosa "porque le da a la gente una confianza inquebrantable sobre su propia rectitud" y porque "hemos aceptado un extraño respeto que protege singularmente a la religión de la crítica normal". Por ello, en 2006 presentó el documental crítico ¿La raíz de todo mal? y creó la Fundación Richard Dawkins para la Razón y la Ciencia. Dawkins ha creado nuevos debates al afirmar que, así como no hablamos de niños "marxistas" o de niños "conservadores", es inaceptable hablar de niños "protestantes", "musulmanes" o "budistas".
Pocos biólogos han logrado la preeminencia de Dawkins, y concitar apoyos y odios generalmente reservados más a personajes de la música o el mundo de la frivolidad. Pero la pasión con la que el biólogo británico enfrenta cuanto le interesa, desde los mecanismos de la evolución hasta la lucha por el pensamiento crítico, lo ha convertido en un personaje público que, cuando menos, nos obliga a pensar y tomar posiciones. En sus propias palabras: "... no se debe creer que mi objetivo principal es atacar la religión. Ciertamente observo que la visión científica del mundo es incompatible con la religión, pero eso no es lo interesante que tiene. También es incompatible con la magia, pero tampoco vale la pena destacar eso. Lo que es interesante de la visión científica es que es verdadera, inspiradora, notable y que une una gran cantidad de fenómenos bajo un solo encabezado. Y eso es lo que me resulta tan emocionante."
Los memesEn su libro El gen egoísta, Dawkins propuso que las ideas pueden seguir un patrón similar al de la vida en su propagación y evolución. Llamó "meme" a la unidad menor de información cultural. Los ejemplos que daba Dawkins incluían ciertas tonadas, frases, creencias, modas, tecnologías artesanales y leyendas urbanas que se propagan transmitiéndose de una persona a otra, o de padres a hijos. Esto generó toda una disciplina, aún en desarrollo, llamada "memética" (a semejanza de la genética). No habiendo participado directamente en el desarrollo de la memética, Dawkins sin embargo ha planteado que puede ser una útil herramienta para analizar y explicar fenómenos como las creencias religiosas. |